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domingo, 10 de agosto de 2014

DOMINGO XX DEL TIEMPO ORDINARIO CICLO A

PARROQUIA SAN JERÓNIMO
DOMINGO XX DEL TIEMPO ORDINARIO
CICLO A 

Is 56, 1.6-7   /   Sal 67 (66)   /   Rm 11, 13-15. 29-32   // Mt 15, 21-28

Monición de entrada
Hermanos: Bienvenidos a la eucaristía en el día del Señor. Hemos entrado al lugar reservado para la oración, dispongamos nuestro cuerpo, nuestra mente, los afectos de nuestro espíritu para que sea Él lo único importante; así, escuchará nuestro corazón y, con la acción de gracias, se fortalecerá nuestra fe.
Celebremos con gozo.

Monición a las lecturas
La Palabra del Señor sondea el corazón. Hoy la liturgia de la palabra nos muestra que la acción de Dios se puede llevar a cabo, no en los que se creen justos, sino en los que aman a Dios y tienen fe.
Que atentos a esta Palabra, Dios ilumine su rostro sobre nosotros y conozcamos su salvación.

Oración de fieles
PRESIDENTE: Con fe decidida, elevemos nuestras plegarias a Jesucristo, que él presente nuestras necesidades al Padre y nos permita vivir conforme a su voluntad. Digámosle:
        Señor, aumenta nuestra fe.
  1. Mi casa es casa de oración. Que tu Iglesia, Señor, sea más que unos muros bellos; un espacio que permita el encuentro contigo y abra las puertas a la alegría del Evangelio. Oremos.
  2. Oh, Dios, que todos los pueblos te alaben. Que nuestro país sea un pueblo para tu gloria; que esta alabanza se alce sobre nuestra actitud de paz y nuestro deseo de construir tu Reino. Oremos.
  3. Porque los dones y la llamada de Dios son irrevocables. Señor que los que sufren, los desempleados, los matrimonios que titubean, reconozcan tu presencia fiel y esperanzadora. Oremos.
  4. Qué fe tan grande tienes. Que esta parroquia, Señor, animada por el ejemplo y la oración de San Jerónimo, crezca en la fe, en la meditación de tu Palabra y la vivencia efectiva de la misericordia para que te sirvamos en santidad. Oremos.
PRESIDENTE: Recibe, bondadoso Señor, estas oraciones que tu palabra suscita en nosotros. No estés ajeno a las que quedan en el fondo de nuestro corazón y a las que necesitan ser unidas a tu querer. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

Monición a las ofrendas
Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí. Al presentarte esta ofrenda, fruto de nuestro trabajo, te dirigimos con fe los anhelos de nuestro corazón. Santíficanos con la fuerza de tu amor.

Monición a la comunión
Jesucristo está en medio de nosotros. Con actitud de oración, de reverencia como fruto de nuestra fe, recibamos la comunión con el compromiso de dar testimonio de su obra en nosotros.

 
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El uso de estos textos es netamente liturgico y para el crecimiento de la experiencia de fe. Cualquier transacción comercial de estos, resulta deplorable y simoniaca. 



 

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